Un dia, desobedeciendo los consejos de Tupá, el Dios padre de los guaranies, la Luna y la Nube rosada del crepusculo quisieron bajar a conocer la Tierra.
Es asi, como tomaron sus formas humanas y decidieron internarse en un extraño bosque que habia llamado su atencion.
Mientras paseaban entre los arboles, admirando sus frutos olorosos, gozando de ver sus hermosos rostros en el agua cristalina del rio, y disfrutando de caminar sobre la hierba fresca, en ese preciso momento, se les presentó un peligroso animal.
la Luna y la Nube rosada se quearon inmoviles, totalmente atemorizadas, no habian visto nunca antes a esa criatura y no sabian como reaccionar.
_ ¡Alejense, alejense!_ Gritó un viejo campesino mientras se abalanzaba contra el puma para acabar con el.
Despues de una larga batalla, el viejo campasino invitó a las dos jovenes a cenar a su casa.
El campesino habitaba en una cabaña muy humilde y rustica con su mujer y su hija, y a pesar de vivir en extrema pobreza, compartieron con Luna y Nube el poco pan que tenian.
A Luna y Nube les gusto tanto la amabilidad de aquella familia, que decidieron hacerles un regalo que pudiera solucionar la escases de comida y al mismo tiempo sea un signo de amistad y hospitalidad.
A medianoche, Luna y Nube se escaparon de la habitacion que le habian preparado y volvieron con Tupá para convencerlo de que bendiga a la familia de campesinos.
En ese instante, el campesino se despertó exaltado al escuchar tan grandioso estruendo y salió para ver que sucedia, y noto que en su terreno, ahora habia una extraña planta con hojas verdes.
Para sopresa del campesino, aparecieron la Luna y la Nube rosada del crepusculo con su aspecto original y le dijeron:
_ Ustedes han sido buenos con nosotras, y ahora nosotras, seremos buenas con ustedes, bendiciendolos con esta hermosa planta que hemos de llamar mate, que sera el alimento caliente que nunca se acabara, y por lo tanto, lo podran compartir con todas las personas, en simbolo de amistad y hospitalidad.
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